Instalar un parque infantil en la comunidad tiene muchas ventajas. En primer lugar, aporta tranquilidad a las familias, pues permite que sus hijos jueguen sin salir del recinto de la propiedad, algo de agradecer en tiempos de coronavirus, en los que todavía hay que reducir al máximo el número de contactos sociales. Además, añade una gran revalorización a las zonas comunes, por un coste de mantenimiento reducido.
Antes de instalar un parque infantil, o renovar el que ya teníamos, es recomendable considerar algunas cuestiones.
- El espacio. En función de la superficie disponible, así debe ser el diseño de la instalación. Ante la duda, es mejor pecar por defecto e introducir menos elementos para que haya el suficiente espacio entre los niños. De esta manera, garantizamos la funcionalidad y la seguridad.
- No debemos fijarnos en las instalaciones de los parques públicos, pues las necesidades y el número de usuarios son muy distintos. En general, las instalaciones comunitarias no están sujetas a vandalismos y las usan menos niños, por tanto, podrán ser menos pesadas y de materiales más livianos, como madera, cuerda, caucho… y podrán ser más estéticas.
- Asegurarse de que están homologados. Antes de adquirir este tipo de instalaciones, tenemos que asegurarnos de que se trata de productos homologados. Entre las homologaciones y certificaciones que tenemos que buscar están las europeas. En España, debemos asegurarnos de que cumplen las normas buscando las denominadas UNE, en concreto las UNE-EN 1176 y UNE-EN 1177, que regulan cómo deben ser los columpios, los toboganes… Si nuestras instalaciones no cumplen estas normas, nos exponemos a problemas en caso de accidente.
Seguridad ante todo
Los parques infantiles tienen que ser, además de recreativos, seguros. De ahí que, antes comprar este tipo de instalaciones, tenemos que tener en cuenta algunos requisitos, como los siguientes:
- Protección ante caídas. El suelo sobre el que está montada la instalación debe ser blando, sobre todo si tienen determinada altura. El material elegido suele ser el caucho. Este debe colocarse sobre un suelo duro, no de arena o piedras.
- Los equipamientos tienen que ser estables para evitar vuelcos y deslizamientos.
- Los materiales deben ser resistentes y no tener bordes o aristas que puedan cortar o pinchar.
- Los elementos metálicos tienen que estar protegidos de la corrosión.
- Evitar los huecos o cualquier espacio que pueda oprimir, de ahí que sea preferible poner menos mobiliario y que este esté más espaciado.
- Que no haya salientes, ganchos… o cualquier tipo de elemento que pueda provocar daños.
Además, todo el equipamiento debe someterse regularmente a revisiones periódicas de mantenimiento para no perder garantías de seguridad.
Para asegurarnos de que el parque infantil que elijamos cumple las máximas garantías, lo mejor es recurrir a profesionales, como los que encontramos en Solucionaf.