Hay una máxima cuando se contrata un seguro, y es la de que mejor no necesitar de su uso. Hacemos un seguro para no utilizarlo, pero, si llegase el caso, no queremos llevarnos sorpresas.
Por ello, ya sea en el ámbito particular o en el de comunidades de propietarios, dirigidos a proteger tus propiedades (vehículo, vivienda, local…), tu integridad física (salud, accidentes, decesos…), intereses (responsabilidad civil, actividades profesionales…), es importante estar asesorado por un profesional para tener la garantía que se contrata lo adecuado, lo necesario y a un precio justo. Por este motivo, dada su relevancia, en Solucionaf, el directorio de empresas de CAFMadrid, se dispone específicamente de una categoría dedicada a Seguros, en la que están integrados expertos en la materia que podrán asesorar al administrador de fincas en su ámbito profesional y personal.
En este sentido, no por obvio, deja de ser importante recordar algunas cuestiones que podemos pasar por alto y que pueden tener gran importancia en el momento que haya que declarar un siniestro.
- Descripción del bien asegurado: Si estamos asegurando una finca de propietarios, aspectos como tipo de edificaciones, m2 construidos, año de construcción, plantas bajo rasante y sobre rasante, número de trasteros, plazas de garaje, posibles reformas relevantes realizadas, existencia o ausencia de locales comerciales, zonas ajardinadas, polideportivas y otras zonas comunes, etc. son algunos de los datos de interés que deben ser considerados.
En el caso que el seguro esté relacionado con una actividad profesional, describir correctamente todos los servicios que ofrece ésta, puede evitarnos un posterior disgusto.
- Coberturas: En ocasiones, como popularmente se escucha, lo “barato sale caro”, pero igualmente, un presupuesto elevado no garantiza que las coberturas contratadas sean las más adecuadas.
Cuando hablamos de seguros de edificaciones o instalaciones, coberturas ante potenciales daños por incendios, explosiones, humo, electricidad, fenómenos meteorológicos, roturas de elementos comunes, desperfectos causados por averías, robos, gastos de salvamento, extinción de incendio, demolición… son cuestiones básicas a contemplar, pero que deben estar complementadas por otras no menos importantes como la responsabilidad civil con un elevado importe asociado, la protección jurídica integral o la reposición de documentos relevantes.
Igualmente, además de las coberturas mínimas anteriormente descritas que debe contemplar un seguro de una comunidad de propietarios, otras coberturas adicionales asociadas al mantenimiento de los jardines o de instalaciones técnicas como antenas colectivas, calefacción central, etc., son aspectos que no deben ser olvidados en la toma de decisiones.
Por último, conviene recordar los plazos estipulados de preaviso para no renovar un seguro, los cuales actualmente está establecido en un mes por parte del tomador. Ello permitirá trabajar con suficiente antelación para poder elegir siempre la mejor propuesta acorde a nuestros intereses y necesidades.