Numerosas comunidades de propietarios cuentan con locales para uso común. Es una realidad bastante habitual.
La gestión de esos espacios comunes es, sin embargo, un asunto que debe de estar perfectamente regulado si queremos evitar problemas que deriven en un conflicto de convivencia entre los vecinos que forman parte de una Comunidad de Propietarios.
Locales comunes pueden ser desde salas de reunión hasta gimnasios, pasando por espacios donde celebrar eventos familiares organizados por los propios vecinos. En este artículo dejamos de lado otros espacios comunes como zonas de juego infantiles, piscina o jardines, que tienen una idiosincrasia diferente.
El paso fundamental para gestionar de forma correcta este tipo de espacios es establecer unas normas de uso claras y que éstas estén aprobadas por la Junta de Propietarios, de modo que sean conocidas por todos y refrendadas por la mayoría. Estas normas, en su versión más básica, deben establecer conceptos como horarios de uso, capacidad máxima y régimen de reservas. Este último punto es clave para evitar incidencias.
Otro punto importante es la limpieza del local. La Comunidad de Propietarios debe establecer con claridad de quién es la responsabilidad de la limpieza del espacio después de su uso, así como el mantenimiento habitual.
Aspectos como el modo de acceso, para evitar que el local sea usado por personas no autorizadas, y las normas de seguridad que deben regir en el mismo, son también líneas de acción a tener en cuenta, así como establecer un criterio de responsabilidad para el caso no deseable de que, durante su uso, la local sufra desperfectos.
Otro punto importante es el establecimiento de un régimen sancionador para aquellos usuarios que no cumplan las normas establecidas. Estas sanciones deben ser proporcionadas, públicas y, por tanto, aprobadas por todos los propietarios de la comunidad.
Las labores de mantenimiento y las obras de mejora del espacio forman también parte de este catálogo de consejos. Este punto es importante porque contar con espacios comunes de este tipo en la comunidad de propietarios supone un coste que hay que presupuestar y asumir.
Por último, es relevante que desde los órganos rectores de la Comunidad de Propietarios se gestionen estos espacios desde las premisas de la comunicación y la transparencia para evitar que se conviertan en un foco continuo de problemas con el objetivo de que la función de estos espacios, que no debe ser otra que facilitar la vida comunitaria de los propietarios, cumpla su cometido.