La figura del detective todavía en este país suena más a película que a servicio real, pero es un servicio que puede resolvernos muchos problemas a los administradores de fincas. El demandante de los servicios puede ser tanto el conjunto de la comunidad de propietarios, como un propietario particular, y muchos administradores de fincas se implican cada vez más en las necesidades particulares del propietario para ofrecer el servicio integral que reclaman cada vez más todos los sectores.
A continuación, os presentamos una serie de escenarios donde la presencia de un detective puede ayudarnos:
Una comunidad con problemas de civismo que desconoce y/o necesita demostrar el origen para acabar con los mismos. Lamentablemente a estas alturas ya hemos visto muchas situaciones desagradables de comportamiento en una comunidad. El detective se encarga de demostrar el causante de las conductas incívicas con pruebas susceptibles de presentarse en un juzgado, aunque en la mayoría de las ocasiones el contacto con el causante es suficiente para resolver el problema.
Una comunidad con un piso conflictivo que tiene en vilo al resto de propietarios. Por ejemplo, se instala un prostíbulo en la escalera, con las molestas consecuencias que conlleva para todos los vecinos. El detective demuestra la actividad que se lleva a cabo forzando así a los causantes a la salida del inmueble.
Una comunidad con personal que no cumple con sus obligaciones. Por ejemplo, un portero con una baja laboral fingida. El detective se encarga de conocer y demostrar la situación irregular, resolviendo de forma contundente el problema.
El propietario de un piso de renta antigua que pasa a alquilar a precio de mercado, sumando un 1000% de rentabilidad mensual. Aquellos contratos de alquiler firmados antes del mes de mayo de 1985 (Decreto Boyer) que siguen en vigor están actualmente pagando rentas muy por debajo de su precio de mercado.
Existe en los mismos un porcentaje estructural de fraude, entre un 10% y 20% según nuestra experiencia, que hace a los contratos susceptibles de finalización. El inquilino ha fallecido, ha regresado a su población natal o cumple otras condiciones para romper el contrato y el propietario no lo sabe pues sigue percibiendo su escasa renta. El detective, trabajando en sintonía con el abogado, demuestra la causa de resolución del contrato y recupera el piso para el propietario.
Un propietario que recupera su vivienda al poder demostrar una situación de incumplimiento de contrato. Alquilar un piso para reconvertirlo en alquiler turístico, alquiler por habitaciones o un negocio son situaciones muy comunes. La gran mayoría de contratos constan de cláusulas específicas para evitar estas situaciones, pero aun así en muchas ocasiones resulta rentable para el inquilino obviarlas. El detective demuestra la cláusula de incumplimiento y permite al propietario recuperar su vivienda.
Un propietario que ha podido demostrar que un inquilino que se declaraba vulnerable para aprovecharse de la nueva Ley de Vivienda no lo era en realidad. Hemos observado un aumento exponencial de casos en que un inquilino se declara vulnerable económicamente para obtener ventajas económicas, pero no lo es en realidad. La labor del detective consiste en, realizando una investigación laboral y económica, conocer y/o demostrar la situación económica real del inquilino.
Estos son solo unos ejemplos, pero los casos en que aporta valor un detective son tan amplios como las necesidades que puedan surgir sobre información y pruebas. Por suerte, en Solucionaf contamos con empresas de detectives privados para que podáis contar con ellos en caso de necesidad.