Todos tenemos aún muy fresco en nuestra mente lo que supuso la tormenta Filomena para las comunidades de propietarios: tuberías rotas, cortes de luz y agua, cornisas desprendidas… No podemos evitar que vuelva a suceder una inclemencia climatológica de esta envergadura, pero sí podemos hacer que las comunidades estén listas y en condiciones para minimizar al máximo los daños que producen estos fenómenos meteorológicos. Estas son algunas de las medidas que podemos llevar a cabo para prevenir daños en el edificio y a terceros.
- Revisar y poner a punto las fachadas y las ventanas. Tanto la lluvia como el frío puede penetrar por huecos de ventanas y fachadas si estas no están en condiciones. Cuando esto ocurre, además de gastar más energía y -por tanto, dinero- para mantener una temperatura adecuada, podemos tener problemas de humedad. Si esto ocurre, las mejores soluciones son colocar un aislamiento térmico a las fachadas, instalar fachadas ventiladas -poner un revestimiento en su exterior y dejando una cámara de aire para evitar el flujo directo de frío desde el exterior- y sustituir las ventanas por otras más eficientes de doble cristal de aluminio o PVC con puente térmico.
- Inspeccionar la electricidad y la iluminación. Para evitar cortes de luz por averías en la instalación de la iluminación comunitaria, es recomendable revistar cables e instalaciones y, si es necesario, sustituirlos, sobre todo aquellos que están en el exterior. Especialmente sensibles a las inclemencias del tiempo son las antenas o los porteros automáticos. Estas revisiones son, además, obligatorias al menos cada cinco años.
- Mantener a punto las tuberías, la calefacción y las calderas. Tanto en las calderas de gas, más modernas, como en las de gasoil, se hace necesario realizar una revisión cada año, antes de poner en marcha las calefacciones, especialmente si se trata de calderas antiguas. Revisar las tuberías, tanto las exteriores e interiores, comunes o individuales, es muy recomendable para evitar sustos de cara a heladas o temporales.
Para estas revisiones es primordial contar con la ayuda de técnicos especializados y autorizados y expertos, como los que contamos en el directorio del CAF, Solucionaf.
Pequeñas precauciones a tomar
Ante la posibilidad de abundantes lluvias, vientos o grandes nevadas, hay algunas precauciones que debemos tomar en las comunidades de propietarios. Entre ellas:
- Revisar las cornisas, fachados y tejados. En busca de roturas, ladrillos sueltos, nidos… o cualquier objeto que pueda desprenderse y causar algún daño. En caso de que exista algo que pueda caerse, hay que repararlo inmediatamente para garantizar la seguridad. Y lo mismo ocurre con el tejado, pues es una de las zonas en las que más daño puede hacer un temporal, sobre todo si están deteriorados, pues podría introducirse agua en el edificio causando goteras o humedad. Hay que observar, sobre todo, que todo esté bien anclado: revestimiento del tejado, antenas, cables, placas, chimeneas…
- Poner a punto el sistema de bombeo del garaje, en caso de que lo tengamos. Debemos asegurarnos que estará en condiciones en caso de que una posible inundación.
- Limpiar las instalaciones de recogida de agua, como canalones, sumideros, bajantes, desagües… de todas las zonas comunes, especialmente en aquellas que haya planta y árboles. El agua tiene que correr libre por estos espacios si no queremos que se atasque y se produzcan inundaciones. Invitar a los vecinos a que hagan lo mismo en todos los hogares de manera individual.
- Asegurarse de que los objetos de azoteas, balcones o patios están bien anclados y no están cerca de zonas de las que puedas desprenderse en terrazas o azoteas. Objetos como maceteros, mobiliario de jardín, toldos… es mejor recogerlos si hay previsiones de vientos, fuertes lluvias o nevadas.