No hay administrador de fincas que no se haya encontrado alguna vez con un atranco en la comunidad que gestiona. En esos momentos la solución urge, y debemos contactar con profesionales de confianza como los que aparecen en Solucionaf en la categoría específica de “Pocería y desatrancos”.
Pero, ¿por qué se nos originan estas averías? Su origen puede ser muy diverso, si bien los profesionales identifican las siguientes causas como las más comunes:
- La pendiente de la tubería de desagüe: está condicionada por la sección de ésta, pero en líneas generales se recomienda que no sea inferior al 2% para que el agua fluya adecuadamente y se evite el depósito y decantación de residuos.
- La sección de la tubería: si esta sección es inferior a la recomendada para su uso, puede implicar que el caudal del agua sea superior a su capacidad de evacuación, lo que implicará un deficiente desagüe y la provocación de atrancos.
- Trazado de la instalación: en ocasiones un exceso de codos, con ángulos agudos inferiores a los 90º, o la ausencia de diseños lo más rectilíneos posibles, va a originar fácilmente atascos con el tamaño de los residuos evacuados.
Obviamente, que sean profesionales, como los que aparecen en las categorías de “Arquitectos”, “Reformas, albañilería y construcción” o “Fontaneros”, los que diseñan y ejecutan estas instalaciones, minimiza el riesgo de las anteriores causas.
- Mal uso de los desagües: considerar los inodoros o los fregaderos como cubos de basura, sumideros que pueden con todo, es una de las principales causas de las averías. Cada profesional podría contar una anécdota con el objeto más variopinto que se ha encontrado en las tuberías.
- La calidad del agua: en la Comunidad de Madrid gran parte del suministro de agua procede de la sierra, donde predominan los materiales silíceos, si bien en la zona sur predominan las calizas. Es en estas zonas donde existe más riesgo de que la cal presente en el agua se sedimente en el interior de las tuberías, provocando con el paso del tiempo obstrucciones.
- Antigüedad de las tuberías: la vida útil de las tuberías es limitada en el tiempo. Sus características se van deteriorando, implicando la erosión de su material y ralentizando el flujo del agua por la pérdida de sus propiedades. Ello incrementará el riesgo de sedimentación y, por tanto, de obstrucción con el tiempo al reducirse la sección interior.