El gran apagón vivido en España hace escasas fechas, ha puesto en primer plano de la actualidad un problema que hasta este momento había pasado posiblemente desapercibido en las comunidades de propietarios por lo improbable del suceso. Algo que solamente habíamos visto en películas y series, comprobamos que puede hacerse realidad y que no nos es tan ajeno a como lo pudiéramos imaginar.
Una vez más, la realidad ha superado cualquiera de nuestras expectativas y eso nos obliga a plantearnos una serie de medidas y planes para el caso de que en un futuro puedan volver a repetirse problemas de esta índole, conozcamos de antemano la imposibilidad o dificultad de combatir con éxito una circunstancia de este tipo.
No obstante, si tomamos como punto de partida la opción de que un apagón eléctrico, aunque no de la magnitud del vivido, pueda volver a producirse, desde las comunidades de propietarios podemos minimizar riesgos y sus consecuencias.
En ese sentido, es importante que desde la comunidad de propietarios tengamos claro cuáles son las características de nuestra instalación eléctrica y conozcamos tanto sus potencialidades como sus posibles vulnerabilidades. Una vez dado este primer paso, es necesario elaborar un plan de emergencia que debemos implementar en el caso de que se produzca un apagón.
Este plan de emergencia debe de tener un punto clave, que no es otro que detallar el protocolo a seguir para avisar a los vecinos y más si en el bloque o la comunidad viven personas vulnerables cuya seguridad o bienestar pueda verse seriamente comprometida en esta circunstancia.
Es importante también que la red eléctrica del edifico o edificios esté en perfecto estado, por lo que la realización de inspecciones periódicas es un paso obligatorio. Esta acción nos servirá para detectar posibles problemas que, llegado el caso, sean culpables de provocar un apagón y las consecuencias indeseadas que de ellos se puedan derivar.
En el caso de que el apagón llegue a producirse, el protocolo establecido en el plan de emergencias deberá seguirse a rajatabla para avisar a los vecinos de lo sucedido, las medidas que se están tomando para solventarlo y las acciones de seguridad que hay que tomar para garantizar que no haya daños materiales y, sobre todo, lesiones personales.
Revisar ascensores por si hay vecinos atrapados en ellos; comprobar que todos los sistemas de seguridad y de vigilancia siguen funcionando y, una vez recuperada la normalidad, realizar una revisión completa de toda la comunidad y sus sistemas para hacer un balance de daños son los puntos siguientes a tener en cuenta.
También es importante que personas que forman parte a la comunidad de propietarios, o estén vinculados a ella, tengan la formación suficiente en materia de seguridad para minimizar en la medida de lo posible los daños y los trastornos que un incidente de este tipo siempre causa.
Foto de Marcelo Chagas. Pexels.